jueves, 11 de diciembre de 2014

Gracias, Malala

¡Hola de nuevo! ¡La inspiración por fin ha vuelto! ¡Viva! ;)
Y esta vez ha sido gracias a Malala. Me ha impresionado y emocionado tanto su historia que me moría de ganas por escribir sobre ella y todo lo que esta pequeña gran mujer, de tan solo 18 años, ha aportado, está aportando y aportará a un mundo en el que, aunque muy tenuemente, están apareciendo atisbos de la justicia, igualdad y fraternidad que pretendían alcanzar los franceses hace ya unos siglos.
Pero el hecho de que este año el premio Nobel de la Paz se le haya otorgado a Malala, y teniendo en cuenta quiénes fueron en el pasado algunos personajes que recibieron ese mismo galardón (me viene a la mente Obama del que creo que sobra cualquier tipo de comentario acerca de que fuese meritorio de tal honor),  es un avance y un hecho a celebrar.
No voy a usar el post esta vez para emitir juicios de valor sobre el que una niña con tan solo once años sufriese un intento de asesinato simplemente por reivindicar su derecho a estudiar. Y reivindicarlo, además, utilizando el arma más potente al alcance de cualquiera: la palabra. Y gracias a su voz, el mundo entero fue consciente de algo que estaba ocurriendo en su país, Pakistán, y que no era más que la prohibición de acudir a la escuela a las niñas.
Como ya dijo en su día Ernesto Guevara (El Che) "Un pueblo que no sabe leer ni escribir, es un pueblo fácil de engañar"; y esto les interesa a los gobernantes de ciertos estados (quiero pensar que no ocurre en el nuestro, pero cada vez tengo más dudas). Todos conocemos el papel que desempeña la mujer en el mundo islámico. Es de sentido común pensar que a sus dirigentes lo que menos les interesa es que las mujeres estudien, se formen, descubran que existen otras culturas, otras formas de vida, que son iguales a los hombres y que, en definitiva, son PERSONAS, que merecen el mismo respeto, el mismo trato y la misma valoración que cualquier otra.

Afortunadamente existe gente como Malala. Personas extraordinarias que luchan por sus objetivos, convicciones e ideales, y gracias a ellas, este mundo puede cambiar. Y lo está haciendo. Hoy me siento optimista.

Un besín,
Olaya.

martes, 2 de diciembre de 2014

Disculpen las molestias

Cerrado por falta de inspiración (y un poquito de derribo). Espero que no se haya ido muy lejos, y que las palabras vuelvan pronto a fluir. Disculpen las molestias ;)




Olaya